Considera la arquitectura y los muebles

Antes de elegir colores, es importante tener en cuenta la arquitectura y los muebles de la habitación. Por ejemplo, si tienes muebles clásicos y detalles arquitectónicos elaborados, es posible que desees optar por colores tradicionales y ricos. Por otro lado, si tienes muebles modernos y líneas simples en la arquitectura, es posible que desees experimentar con colores más audaces y contemporáneos.

Juega con tonos complementarios

Los colores complementarios son aquellos que se encuentran en oposición en el círculo cromático, como el rojo y el verde, el azul y el naranja, y el amarillo y el morado. Jugar con estos tonos puede crear una sensación de equilibrio y armonía en una habitación. Por ejemplo, puedes elegir un tono de pared principal y luego complementarlo con un tono más claro o más oscuro en un mueble o un accesorio.

Usa una paleta de colores limitada

El uso de una paleta de colores limitada puede ayudarte a mantener una sensación de cohesión y armonía en tu hogar. Por ejemplo, puedes elegir tres o cuatro colores principales y repetirlos en diferentes habitaciones para lograr una sensación de continuidad. Además, esto también puede ayudarte a evitar el estrés de tener que elegir entre demasiados colores.

Experimenta con patrones y texturas

Además de jugar con colores, también puedes experimentar con patrones y texturas. Por ejemplo, puedes elegir una pared con un patrón de rayas y luego complementarlo con muebles con texturas suaves y suaves. Esto puede ayudar a agregar interés visual y profundidad a la habitación.

Echa un vistazo a la luz natural

La luz natural puede afectar la forma en que los colores se ven en una habitación. Por ejemplo, los colores que se ven brillantes en una habitación con luz natural brillante pueden verse opacos y apagados en una habitación con poca luz.